miércoles, 27 de junio de 2012

Sin Titulo II

Esta noche me he sentado a escribir;
solo a escribir de ti, de mí,  de los dos o
probablemente de ninguno.

Tomando un poco de tinta, una vela y un
papel, me he dispuesto a describir como
eras a mis ojos; mis delirantes ojos.

No recuerdo cuando fue la última vez que
te vi, fue hace meses, o tal vez un par de
años. Simplemente el tiempo se ha
fundido en mis recuerdos.

Estabas parado, junto a un árbol ¿Qué
vislumbrabas? Probablemente nada.
Allí estabas tú, solo mirando la calle,
analizando las cosas que ocurrieron entre los dos.

Un par de ríos, recorrieron mis mejillas al
verte tan tú, tan callado, tan tranquilo.
Todo lo contrario a mi; desecha, triste,
solitaria.

A pesar de tan nostálgica y cautivadora
escena; no me acerque. Decidí observarte
unos minutos mas, antes de voltearme a
sabiendas que no te vería.

Camine en un sendero, alegre de haberte
visto, de contemplar el perfil de tu rostro
y el paso de tus piernas. Pude ver el
cigarro de tu mano izquierda y una de
nuestras fotos en la derecha.

Mientras el tiempo avanzo me di cuenta
de cuanto quería volverme para abrazarte,
besarte y recordar aquellas caricias que
alguna vez me diste.

Caricias embriagadas de deseos, de goce,
de ti… de los dos. Brindando con ellas
por el éxtasis de nuestras vidas, de
nuestros cuerpos.

¿Cómo olvidar tu cara, tu nombre y tu
cuerpo? ¿Cómo olvidar las tardes
compartidas, los días contados, las
mañanas histéricas y las noches llorando?

Las hojas del otoño han empezado a caer,
y continúo escribiendo acerca de ti. Y me
pregunto si es que acaso piensas en mí.

Al corazón se le es fácil persuadir para
creer en un engaño. Imploro alguien me
engañe, imploro el creer que aun paso por
tu mente.

Pienso en ti, cada noche, cada día, cada
instante. Te extraño. Solo eso…
Te extraño.

No puedo borrar los atardeceres a tu lado,
ni los gritos, ni las lágrimas. Ni el deseo
insano de seguirte a donde quiera que
vayas.

Trato de dejar tu presencia en el pasado,
de no pensarte, de no llamarte pero;
resulta que no puedo. Te acumulo.

Me cuestiono si algún día dejaré de
hacerlo… por ahora me dedicare a
escribir de ti, de mí, de los dos o tal vez
de ninguno.

No hay comentarios: