lunes, 29 de agosto de 2011

La Canción de la Vida


Volví a empezar, me sacudí el polvo el cual se pego a mi cuando caí fulminado por mi propia estupidez, alcé la vista y mire al cielo, me sentí optimista y comencé  a caminar, no tenia un rumbo fijo solo camine hacia donde mis piernas me llevaban, observe mi alrededor y todo se veía tan colorido, tan hermoso, entonces fue cuando comencé a escuchar esa melodía, unas notas que para mi eran desconocidas, escuche con atención y quise saber de donde provenían, pero para mi sorpresa se escuchaba por todos lados, no venia de ningún lugar pero a la vez provenía de todos, era una melodía hermosa. Me sentí tan feliz porque mis sentidos captaban cosas que jamás habían captado, todo era magnifico, lleno de matices, entonces sin pensarlo y de una manera tan natural comencé a sonreír, pero algo me sorprendió mas que todo lo que había logrado capturar ese día, al mirar a las demás personas algo se veía mal, parecían grises, parecían derribados, derrotados, ninguno parecía admirar todo lo que yo en ese momento podía disfrutar, fue entonces cuando en mi hombro sentí que alguien me tocaba, gire mi cabeza y observe a un hombre un tanto viejo pero a la vez tan jovial, el cual me pregunto si lograba escuchar la música también, algo a lo que yo respondí afirmativamente, yo seguí la conversación con otra pregunta, pregunte que era esa melodía de donde provenía porque podía escucharla, y sin pensarlo dos veces me contesto que era la canción de la vida, y que yo en ese momento comenzaba a vivir. Mantuve una platica muy interesante con aquel hombre, del cual jamás supe nombre alguno ya que el no creía en los formalismos, el contestaba a mis preguntas con una respuesta certera y amable, pero sin mas ni mas se levanto y con una amable sonrisa desapareció para siempre de mi vida  dejándome las palabras que descifro de la canción de la vida: el pasado es un verso escrito, el presente es un verso nuevo y el futuro es una hoja en blanco.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Adiós

Hoy tengo que decirte adiós despedirme de ti para así poder salvar mi alma, tengo que dejarte ir porque tu indiferencia y tu falta de amor me destruyen. Hoy tienes que decirle adiós a este tonto que te amo con locura y devoción, descuidando su propia situación, aquel que aventándose al vacío logro que tú pudieras alzar el vuelo.
Hoy te digo adiós porque ya no puedo volver a mirar ese brillo que despedían tus ojos por un extra que hoy detesto, me voy porque nunca pude atrapar tu elocuente pensamiento, solo me llevare el recuerdo de tu sonrisa y de tus cabellos al viento. Hoy te digo adiós porque cuando un hombre llora es porque ama de verdad y el amor que no es correspondido solo envenena el alma.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Historias del Balcón

A la luz del farol mi pensamiento se traslado a tu presencia, era una mágica noche, plagada con destellos de estrellas y un viento un tanto cálido.
Te pensé a mi lado, queriendo estrecharte entre mis brazos y regalándote un beso en la mejilla, al observar la luna vislumbre tu rostro en ella y un segundo después una lágrima recorrió mi rostro, la noche se torno abismalmente obscura, el farol se apago y las estrellas marcharon, volví a pensar en ti, pero esta vez me decías adiós con tus blancas manos a lo lejos y en lo alto de un balcón.